miércoles, 20 de octubre de 2010

La familia.

La familia, sagrado concepto, pero, ¿que representa hoy en día "la familia"?

     Nos remontamos a la vida de Jesús, Nuestro Señor. Nació en el ceno de una familia humilde, unida. Tanto su madre María, como su padre adoptivo, José, del que se dice explícitamente que era honrado (Mt.1,19). Soportaron la persecución con fe y firmeza. Honrados, honestos y con amor. En ésta familia, se crió Jesús, siempre bajo la autoridad de sus padres.

     Jesús habla también del padre que envía a sus hijos al trabajo,  del padre que descansa con sus hijos. También habla de las bodas, de las mujeres que están embarazadas o criando a sus hijos, de los dolores de parto y de la alegría de la maternidad. Del hermano que se preocupa por la suerte de sus hermanos o de los hermanos que no se llevan bien entre sí.  De los hijos que desatienden a sus padres o, por el contrario, de los buenos hijos que son conscientes de sus deberes familiares. De todas las situaciones familiares y las relaciones humanas, hablo Cristo Jesús Nuestro Señor.

     Jesús defiende las relaciones familiares y las asume como modelo de comportemiento para sus discípulos. Defiende la estabilidad familiar, defiende el matrimonio, al decir "Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre" .  Defiende el respeto mutuo entre un matrimonio, dice "que quién repudia a su mujer, comete adulterio"  Y no solo defiende a la familia, enseñándonos como comportarnos, sino también por lo que pensamos, enseñándonos que quien mira a la mujer ajena excitando el propio deseo, comete adulterio en su interior, porque es del propio corazón de donde brotan las malas acciones. Jesús también representa cómo debe ser un hijo, obediente hacia su padre, y el amor que le tiene un padre a un hijo. También Nuestro señor, nos enseña las relaciones de hermandad, ya que nos considera "sus hermanos" y enseña a sus creyentes, que todos son hermanos, capaces de perdonar todo, de aceptarse, de amarse, respetarse y sin tener en cuenta los defectos personales de cada cuál. 

    La familia es fuente de vida y fuente de alegría por la vida que transmite. En ella está Dios. Es un espacio humano privilegiado, donde nace, crece y se cultiva el amor. Y con el amor, la felicidad, la generosidad, la entrega de unas personas a otras, la responsabilidad ante las propias tareas y obligaciones, la piedad. Todo esto es, no sólo importante, sino incluso decisivo en la vida de los hombres. Y Jesús lo sabe, lo reconoce y con frecuencia habla de ello.

     Hoy en día, el concepto de familia, ha cambiado mucho. El sistema, la sociedad, la maldad de las personas, han ensuciado en concepto tan bello y milagroso de "familia". Jesús dijo: "Por tanto, si traes una ofrenda al altar, y allí te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofenda, reconcíliate con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda. (Mt 5:23-24) ¿Que quiere decir ésto? PERDONAR. Y ésto solo se consigue siguiendo el camino del Señor, aceptándolo como Nuestro Salvador personal.   ¿Por qué? Porque nuestro enemigo, se ha encargado, de desestructurar las familias, divorcios, separaciones, promiscuidad, celos entre los hermanos, envidias, yo tengo más que tú, yo soy más que tú. En definitiva, nos hemos agarrado a éste mundo, olvidándonos completamente del porqué estamos aquí. El EGOÍSMO, un lastre que arrastramos. Cuando se tiene hijos, el no renunciar a la vida de antes de ser madres, lleva a que los hijos se críen solos, se hagan egocéntricos, caprichosos, con baja autoestima por falta de cariño. Desde temprana edad, los introducen en el mundo "individual", dejándolos en una guardería diez horas al día, ¿para que?, para tener más y más. No se conforman con un sueldo, el del padre, sino que no renuncian a "su libertad" ficticia, por los hijos. Tener un sueldo más, supone tener "mas lujos" , no solo vivir, sino poseer bienes materiales, un ritmo de vida " a todo tren". Cuando esos hijos crecen, empieza el problema, porque ni sus madres lo conocen.
   

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