lunes, 8 de noviembre de 2010

¡Algo fabuloso a ocurrido contigo! I

     Hace tres miércoles, comencé un curso, en la Iglesia. Y quisiera comentar un poco, porque es toda tan maravilloso, que quiero compartirlo, porque cuando sales de la ignorancia, te das cuenta de todos los errores que cometemos.

     Lo comencé, porque tengo la necesidad de aprender sobre la vida en Cristo. Para mí, son muchos cambios, muchas cosas nuevas. De repente, cuando me acerqué al camino de Cristo, al verdadero y único camino, mi vida se quedó “patas arriba”. Se produjo un cambio importantísimo y maravilloso en mi forma de pensar, de ver las cosas, dejé atrás muchos lastres que venía arrastrando, y soy más feliz.
    
     Mi ansia, ahora que lo conozco, es seguir creciendo como cristiana, haciendo siempre lo correcto, y no me refiero a ser perfecta, solo hay una perfección, y esa perfección es Dios. Pero si siguiendo el camino de Nuestro Señor, de una forma recta y bajo su enseñanza. Tengo claro, que esto solo lo voy a conseguir con el conocimiento, pero con el conocimiento de verdad, con el conocimiento de la Palabra y dejándome ayudar y orientar, por las personas que tienen en sus manos dicha misión, con una fe madura. Yo ya he comenzado, he comenzado haciendo cambios, rechazando todo lo que no venga de parte de Nuestro Señor, Cristo Jesús.

     Dejas atrás una vida de pecado, te conviertes en una nueva persona en Cristo y por fin puedes ser llamado “Hijo de Dios”. Es maravilloso, es grande. Cambia tu expectativa de futuro, tus “problemas” dejan de serlo, porque ya no te une a este mundo nada que no sea agradar a Nuestro Señor, no te une nada material ni superfluo, solo Dios y te haces fuerte, sabes que no estas solo, sabes que Dios está contigo, y nos da una herramienta, una "espada" para luchar en esta vida, Su Palabra, Su Inspiración.
                                 
     Dios creó al hombre, para que disfrutara de la vida para siempre. (Génesis 2:8, 15-17) “Dios el Señor había plantado un jardín del Edén, al oriente, y allí puso al hombre que había formado. Tomó pues, Dios el Señor al hombre y lo puso en el jardín del Edén, para que lo cultivara y lo guardara. Y Dios el Señor, mandó al hombre: “Puedes comer de todo árbol del huerto; pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás. El día que comas de él, de cierto morirás.”

¿Pero que hizo el hombre?  Todo lo contrario. A esa decisión errada, el hacer lo contrario a lo que Dios nos enseña, llamamos “pecado”.

     Nuestro Señor, Cristo Jesús, vino para salvarnos, para limpiar todos nuestros pecados, derramando su sangre por nosotros, para hacernos libres. (Colosenses 2:13, 14) El apóstol Pablo dice: “A vosotros que estabais muertos en pecado y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida con Cristo, y perdonó todos vuestros pecados. Canceló la nota de nuestra deuda que consistía en ordenanzas desfavorables a nosotros; la quitó y la clavó en la cruz”.

     Aquí vemos, como no importa lo que hayamos hecho. No importa los pecados que hayamos cometido, ya que tenemos una “segunda oportunidad”, tenemos la oportunidad de tener una vida en Cristo, y que nuestro pasado sea borrado. Y todo pensamiento que te haga sentir lo contrario, no viene de Dios. Esto lo digo, porque como experiencia personal, ya que soy “una recién estrenada” como cristiana, al principio te planteas, en esos momentos, en los que estás encajando los cambios que se producen en nuestra alma, llegas a plantearte cosas como “no soy digno”, “he pecado muchos años”, “Dios no me va a querer en su Reino”. Es un periodo de dudas, un periodo de lucha interior, pero que finalmente, vence el Espíritu. Empiezas a vivir Una vida Nueva, desde cero.  No es un camino de rosas, pero es maravilloso, lleno de paz, amor, armonía, fe y confianza.

     Colosenses 1:21,22 “Vosotros erais antes extranjeros y enemigos de Dios en vuestro corazón, por las cosas malas que hacíais, pero ahora Dios os ha puesto en paz con él, mediante la muerte que Cristo padeció en su cuerpo. Y lo hizo para que estéis en su presencia, consagrados a él, sin mancha y sin culpa"

¿No es maravilloso?  Para mi, ha sido lo más grande de mi vida.

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